Encuentro cercano
Ansioso por resolver algunas cuestiones de índole doméstico me dirigí hacia Punta Indio, un lugar que muchos señalaban como el epicentro actual de los encuentros paranormales, lo cual me serviría para soslayar mi tesina sobre propios antepasados en ese recóndito pueblo.
En esta agotadora investigación tuve la suerte de conocer a un dúo de profesionales notablemente exitosos en este tema. Augusto, un científico especializado en morfología marciana habitante de la zona verde que ya tenía varios intentos de comunicación (foto 1) con seres de dudosa procedencia, desde su base, un container color naranja (foto 2) y su compañera la Dra. Gabriela, vidente semióloga espacial, que lo observaba atentamente y documentaba con excesivo cuidado cada instante (foto 3).
Todo transcurría monótonamente en el “Seto al Fondo del Jardín”, hasta que un día el hecho se concretó súbitamente sin previo aviso. Una señal irrumpió en el celeste cielo (foto 4) en respuesta al lenguaje de señas land que utilizaba la incógnita familia en el poblado costero sur. Gracias al profesionalismo con el cual la Dra. Gabriela filmó el encuentro, más tarde Augusto pudo deducir que la extraña forma voladora provenía de los alrededores.
El científico estaba mucho más cerca de lo que pensaba. Todas las sospechas sobrecaían en su vecino Don Jesús (foto 5), un hombre mayor, emulador del prestigioso artista confirmado extraterreno Antonio Gaudí (observar detalles en cerámica de la foto).
En cuanto el objeto volador no identificado confirmó que había sido descubierto y visibilizado, buscó distraer la atención transmutándose a forma gaseosa.
La nube se evaporaba en dirección paralela a la señal de land mientras lanzaba un poderoso rayo invisible que destruyó por completo el lujoso hotel frente a las playas (foto 6) alejándose inmediatamente para perderse en el horizonte espinoso del atardecer.
Marcos Luczkow